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Y Abías cometió todos los pecados en que incurrió su padre Roboán, y su corazón no le fue fiel al Señor, como lo había sido su antepasado David. Pero Dios el Señor le concedió tener un sucesor en el trono de Jerusalén,(A) ciudad a la que siguió sosteniendo por amor a su siervo David, pues David vivió rectamente en la presencia del Señor y nunca en su vida desobedeció ninguno de sus mandatos, salvo lo que hizo con Urías el hitita.(B)

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